sábado, 25 de julio de 2015

Ocho maneras de comenzar un discurso

Ocho maneras de comenzar un discurso

Los momentos más difíciles de un discurso son aquellos interminables segundos de tiempo mientras llegas al escenario, encuentras tus notas, miras a la audiencia esperando que los aplausos se extingan, y que reúnes todo tu ingenio para comenzar. Esperas que todo vaya bien, te preguntas si la tecnología funcionará, o temes que no lo hará, y tratas de averiguar por qué accediste a hablar a esa abigarrada multitud delante de tí en primer lugar.

Y entonces tienes que comenzar tu discurso. Al abrir la boca, ¿que sale? Las siguientes son ocho maneras de comenzar un discurso que van más allá de mis exhortaciones habituales para comenzar con una historia, una estadística sorprendente, o una pregunta.

1. Comenzar con cómo las cosas solían ser
Esta estrategia es útil para charlas sobre cambios o una nueva propuesta para tu equipo, tu organización, o en tu profesión. "Antes podíamos contar con nuestros clientes…”. "Hasta hace poco, todo el mundo pensaba que los arrendatarios harían siempre…" “¿Recuerdas cómo las cosas solían calmarse en el verano?" La idea es conseguir que tu audiencia asienta en reconocimiento, o sonría a la singularidad de ayer, o tenga nostalgia por el pasado martes. Entonces, van a escuchar dentro del marco de la nueva idea o propuesta que los va sorprender.

2. Comenzar con una fuerte emoción
Ya sean positivas o negativas, las emociones fuertes captan la atención y establecen el debate de una manera interesante. "Lo peor de nuestra profesión es…" "Lo que me encanta de los pingüinos es la forma en que…” “Odio la tipografía Sanserif ". El punto aquí es que obtendrás una reacción, ya sea positiva o negativa, y se centrará la audiencia en el punto que deseas que piensen. Reaccionamos a las emociones fuertes, como descarrilamientos de trenes, y no podemos quitar nuestros ojos de ellas.

3. Agradecer a la audiencia por algo que han hecho
Nunca te equivocas al alabar a la audiencia, ya sea que se lo merezcan o no. Es adulación, claro, pero funciona, y desarma a la audiencia, preparándola para escuchar de manera más favorable tu próximo punto. "Vamos a empezar dándose ustedes mismos un fuerte aplauso. Ningún equipo pudo haber logrado sortear estos difíciles últimos meses mejor que ustedes. Han sido verdaderamente héroes”. Los aplausos luego te permiten decir: "Por eso estoy seguro de que ustedes serán capaz de…".

4. Cortar lo sobrante centrándose en la esencia
Esta movida requiere confianza, pero con la correcta comprensión de tu público, puede ser muy eficaz. "Lo único que importa en este año electoral es la economía…". "Hoy quiero hablar de equidad…". "Cuando se trata del medio ambiente, sólo hay un número que se necesita saber…". Este truco es muy útil cuando estás tratando un tema muy complejo, o un debate con muchos lados y mucha historia. Es una manera de despejar la maleza revelando la cuestión esencial debajo de todo el exceso.

5. Hacer una gran demanda
Preguntar a la audiencia algo grande, excesivo o irracional es contrario a la intuición. Hacer este tipo de solicitud requiere un profundo conocimiento de tu público, y un fuerte sentido de tu propia posición. A la gente le encanta comprometerse con metas audaces, así que no tengas miedo de invocar algo que realmente crees que es importante. "Elegimos ir a la Luna…". "Vamos a hacer historia esta noche…". "¿Por qué no hacer noticia por una vez en lugar de reaccionar a ellas? Vamos a…".

6. Desglosar el asunto en una forma simple
Uno de las metáforas más atractivas de hablar en público es hacer lo complicado simple. "Sólo hay tres maneras en que ustedes pueden diseñar una portada de libro…". "La seguridad financiera es realmente muy simple. Ustedes pueden lograrlo en tres pasos. En Primer Lugar…". Sólo asegúrate de que sabes de lo que estás hablando. No quieres que la audiencia esté pensando de inmediato en todo lo que has dejado fuera. Este tipo de simplicidad exige experiencia real para ser eficaz.

7. Trazar el futuro
El atractivo perdurable de los adivinos tiene algo que ver con la seguridad, supongo, que parecen darle a uno sobre el futuro incierto. Puedes participar del encanto de la bola de cristal dándole a tu público un esquema para manejar el futuro. "Veo esto en una de estas tres maneras…”. "Estén atentos a una de las dos cosas que sucederán. Cuando vean cualquiera de ellas, sabrán que…”. En realidad no importa si puedes predecir el futuro con precisión o no; lo que estás haciendo es dar a tu público una forma de pensar en el futuro que se siente manejable.

8. Pedir a la audiencia imaginar algo completamente diferente
Este enfoque es eficaz con las organizaciones profesionales o equipos que han estado haciendo las cosas de una determinada manera durante mucho tiempo, o para cualquier persona que ha luchado con un status quo que parece inamovible. "¿Qué pasaría si la educación superior fuera gratis para todos?" "Me gustaría empezar preguntando si imaginan un mundo sin hambre…". "Siempre hemos asumido que la Ley de Moore tenía un final finito. ¿Qué pasaría si de repente pudiésemos aumentar la potencia computacional en un factor de mil?"

Usa estas sugerencias para comenzar tu charla y agregándole algo de brillo adicional verás que resulta todo un éxito.

Fuente: Eight Ways To Begin A Speech, por Nick Morgan


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