miércoles, 8 de abril de 2015

Riesgos y Procesos

En los últimos meses hemos visto nuestro país golpeado por varios desastres: la erupción de un volcán en el sur, los incendios forestales en el centro y sur, y hace una semana una inundación que devastó el norte de Chile generando un recuento inicial de más de 26 muertos y 137 personas desaparecidas.

Ningún gobierno puede anticipar la ocurrencia de esos desastres. Sin embargo, la autoridad está obligada a anticipar sus ocurrencias y a minimizar los impactos, sobre todo teniendo en cuenta las características geográficas y geológicas de nuestra nación.

La gestión de proyectos nos enseña que una de las principales causas de fracaso del proyecto es la falta de planificación. ¿Cuál ha sido la planificación de la respuesta a los riesgos para tales calamidades? ¿Quiénes son las personas responsables del monitoreo y alerta de los riesgos identificados?

Otra causa importante es la falta de procesos y procedimientos. ¿Quién evalúa la efectividad del proceso de gestión de riesgos? ¿Qué preparación e instrucción se ha proporcionado a los habitantes para hacer frente a tales escenarios?

Chile cuenta con una Oficina Nacional de Emergencia, ONEMI, bajo el Ministerio del Interior, responsable de la coordinación del Sistema Nacional de Protección Civil. Su misión es la de planificar, promover, coordinar y ejecutar acciones de prevención, respuesta y rehabilitación en situaciones de riesgo colectivo, emergencias, desastres y catástrofes naturales o provocados por la acción humana.

A la luz de los recientes acontecimientos, es urgente y necesario que la ONEMI revise la planificación, análisis y respuesta a los riesgos, y los procesos, procedimientos y responsabilidades para el monitoreo de amenazas con el fin de reducir al mínimo la pérdida de la vida humana, animal y vegetal.

Ningún chileno sobra en nuestro país.

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